miércoles, 29 de junio de 2011

Políticas públicas y el modelo de Solow: tres puntos de vista

Por Oscar Picardo Joao

Según la teoría del economista Robert Solow (Premio Nobel 1987), el factor clave para del crecimiento económico es el progreso tecnológico, que determina los salarios reales. El análisis de Solow muestra que en los países más desarrollados la “innovación tecnológica” contrarresta los rendimientos decrecientes, logrando más producción, aún con la misma cantidad de capital y trabajo. Solow considera que siendo el incremento de la desigualdad social un efecto colateral del crecimiento económico, es mediante un gran énfasis en la “inversión en capital humano” que puede contrarrestarse ese efecto negativo y compatibilizar un rápido incremento de la productividad con cuotas crecientes de equidad. No obstante, debemos acuñar que para lograr la apuesta de Solow necesitamos un sistema educativo de “Calidad”,  políticas educativas con “tasa de retorno” y programas educativos“costo-eficientes”. A continuación tres reflexiones sobre estas premisas.

Sistema educativo de calidad

¿Qué significa entonces calidad educativa?; para responder utilicemos en sentido figurado un modelo matemático de ecuación. Una ecuación es una igualdad matemática entre dos expresiones algebraicas en la que aparecen datos conocidos e incógnitas e intentamos resolver un problema; ¿cuál es la incógnita?: Calidad = “X”; ¿qué variables aparecen en nuestro modelo que suponen garantizar la calidad educativa?: Docentes eficientes y motivados= “De∫m”; Directores con liderazgo = “Dl”; Clima escolar = “Ce”; Financiamiento = “F”; Programas extracurriculares = “Pe”; y digamos que “De∫m” es igual a Adecuación curricular “Ac” más Planificación Didáctica “Pd” más Modelo Pedagógico “Mp”, y sobre esta base aparecen otras variables:  “Pd” + “Mp” significa o supone Evaluación integral “Ei”; “Pd” debe integrar Recursos Didácticos y Tecnológicos “Rdt”; Entorno socio-económico = “Es” y finalmente Estudiantes = “E” (motivados “m”, alimentados “a”y con familias integradas “f”), de tal modo que nuestra ecuación queda definida en los siguientes términos:

X=          [Dem =(Ac + Pd + Mp)] + Dl + Ce+ F + Pe
(Pd + Mp↔Ei) + (Pd ↔ Rdt) + Es + E  (maf)[1]

Otro modelo puede ser:

¿Qué enseñamos? (pregunta de los contenidos)  [Dem + Pe + Ac]

¿Cómo enseñamos? (pregunta pedagógica) [ Mp + (Pd + Mp↔Ei)]

¿Con qué enseñamos? (pregunta didáctica) [(Pd ↔ Rdt)]

¿Bajo qué condiciones enseñamos? (pregunta del entorno) [Dl + Ce+ F + Es + E  (maf)]

X = [Dem + Pe + Ac] + [Mp + (Pd + Mp↔Ei)] + [(Pd ↔ Rdt)] + [Dl + Ce+ F + Es + E  (maf)]

Preguntas educativas sobre la base del modelo en las cuatro áreas:

Contenidos
(curriculum)
Metodologías
(Pedagogía)
Recursos
(didáctica)
Condiciones
(entorno)
¿Los docentes son eficientes?

¿Los docentes están motivados?

¿Cómo supervisamos y evaluamos lo anterior?

(Indirectamente: ¿cómo han sido formados los docentes?)

¿Existen programas extracurriculares, y sus respectivos recursos?

¿Se trabaja con una adecuación curricular apropiada?

(Indirectamente: ¿Cuéntan los docentes con el Curriculum Nacional y los programas de grado?)

¿Existe y es aplicado un modelo pedagógico?

¿Existe una planificación didáctica?

(Indirectamente: ¿tienen los libros de texto y centros de práctica para enseñar a conocer, comprender y aplicar?)


¿Se practica una evaluación integral cuantitativa y cualitativa que da oportunidad a todos los estilos de aprendizaje e inteligencias múltiples?

¿Existen pruebas estandarizadas nacionales o se participa en las internacionales?

¿Se utilizan adecuadamente la retroalimentación de pruebas estandarizadas?
¿La planificación didáctica integra los recursos necesarios?

¿Se cuentan con los recursos didácticos apropiados a cada nivel educativo?

¿Se cuenta con el equipamiento de TIC´s, acceso a internet y software para las necesidades de estudiantes y docentes?
¿Tienen los Directores el liderazgo y la formación gerencial para administrar una escuela?

¿La escuela cuenta con un clima escolar adecuado, limpio y ordenado, y con normas de convivencia?

¿Existe el financiamiento apropiado para las necesidades educativas?

¿El entorno socio-económico o comunitario apoya y reconoce el proyecto educativo?

¿Los estudiantes están motivados, alimentados y respaldados por su familia?

¿Las familias están integradas y socialmente fortalecidas –tejido social-¿

Esta representación –vinculada a la teoría de Solow- nos permite visualizar –interpretar y proyectar- que el progreso de una nación se basa en un sistema educativo bastante complejo, y alcanzar la calidad educativa dependerá sustantivamente de cada una de las variables expuestas, logrando así un nivel adecuado de progreso. Ahora bien, conociendo los datos y valores de cada variable podemos hacer el ejercicio para resolver nuestra incógnita “X” = calidad, condición básica para alcanzar el progreso tecnológico (Solow); aquí debemos sopesar cuáles variables dependen de acciones directamente asociadas a las políticas educativas (capacitación, recursos, retroalimentación, equipamiento, supervisión, rendición de cuentas, etc.), cuáles dependen de la voluntad y circunstancias de los principales actores educativos (docentes, directores, estudiantes) y otras más complejas (situación familiar, entorno, etc.).

También podemos valorar en el análisis los factores endógenos –del sistema educativo o de la escuela- y los exógenos –socio-culturales-, para especular o proyectar que funciones sociales o familiares puede o debe asumir la escuela, por ejemplo: alimentación, autoestima, recreación, etc.; inclusive, la ecuación podrá tener representaciones para entornos desfavorecidos y pobres, en dónde sabemos qué variables están más limitadas o críticas.   

Los países más desarrollados –OCDE- saben muy bien que con algunas acciones que afecten las desviaciones estándar en logro de sus estudiantes –PISA, PIRLS, TIMSS- impactan en capital humano, miden la tasa de retorno, calculan el costo-beneficio y planifican así su futuro, es decir, “hacen ciencia” con sus políticas educativas… Mientras que en Latinoamerica se hace política educativa en base a intuición y a intereses ideológicos.

Políticas educativas y tasa de retorno

Tal como anotamos, la teoría de Solow nos explica que la inversión en capital humano se transforma en crecimiento económico de un país, y podríamos afirmar que a mayor escolaridad mejores indicadores económicos; de igual modo, a mayores problemas de deserción, repitencia o fracaso escolar se incrementan las posibilidades de un impacto negativo.

En la primera parte de la reflexión planteamos el tópico de calidad del sistema educativo, y ahora plantearemos el tema de eficiencia en función de la tasa de retorno educativa.

La tasa de retorno de la educación (Psacharopoulus, 1985) constituye una técnica de decisión o análisis de costo-beneficio para la medición del rendimiento de la inversión en educación, estimada como retorno social y retorno privado; la tasa social de retorno de la educación es un estimador de la rentabilidad obtenida por la sociedad al invertir en recursos humanos y no en activos o recursos materiales, constituyendo información útil para la toma de decisiones en la asignación de recursos. Por ejemplo, la tasa privada es una estimación de cuán “rentable” pudiera ser para un individuo el agregar años de escolaridad a su formación, en función de una expectativa de aumento de ingresos por los años estudiados. Por razones metodológicas a continuación sólo se analizará la tasa de retorno privado correspondiente:

6º  grado aprobado
9º grado aprobado
Bachillerato aprobado
Universitario graduado
No universitario graduado
12%
11%
10%
8%
14%

Esto significa lo siguiente: Quienes aprueban 6° grado pueden esperar un retorno 12% mayor que quienes no lo aprueban; quienes aprueban 9° grado pueden esperar un retorno 11% mayor que quienes solo aprueban 6° grado; quienes aprueban el bachillerato pueden esperar un retorno 10% mayor que quienes solo aprueban 9° grado; quienes efectúan estudios universitarios pueden esperar un retorno 8% mayor que quienes solo se gradúan de bachilleres; y quienes se gradúan en la universidad pueden esperar un retorno 14% mayor que quienes solo se gradúan de bachilleres.
La tasa de rentabilidad social se define como un indicador de proyectos y programas derivados de políticas públicas, que permite evaluar el impacto social y la medición porcentual del beneficio que cada unidad monetaria invertida en el proyecto dejaría en la comunidad.
El Concepto matemático y estadístico es el siguiente: Mo = Medición porcentual del problema social que el proyecto busca reducir, suponiendo una posibilidad de que el problema pudiera ser medido como 100%.  Esta medición será tomada de las fuentes públicas que sean las encargadas de estas mediciones. M1 = Medición propuesta después del proyecto sobre el problema social. Esta medición es realizada por el agente que presenta el proyecto. TIS = Tasa de Interes Social = Medición tomada dentro del grupo específico donde se realizará el proyecto.  Mide el interes de la comunidad en reducir su problema social: TIS = X[ β (opinión de la población sobre el proyecto / población ] + Y[ β (opinión institucional sobre el proyecto / instituciones } donde X + Y = 1

La representación matemática es la siguiente:

(TRS = α { TES + [1 + TRIP]β- TR}θ  

Donde se define:
α = MoTIS
TES = Mo - M1
TRIP = Rc  / Rp
β= Rp  - Rc
TR = [ 1 + P(cumplimiento de metas)]D
Θ=1+1 + M1 * *[P{M1}t = M1 ]

La complejidad de este indicador se debe a la aplicación de herramientas estadísticas que aseguran la efectividad de la tasa, que gracias a su misma naturaleza puede ser evaluada bajo una prueba de error específica.

Programas costo-eficientes

Schiefelbein y Wolf (2008) presentaron un ejercicio mediante el cual para seleccionar un programa se valoraban 40 opciones posibles, a través de un panel de expertos (10 nacionales y 7 internacionales) considerando los siguientes criterios:

Número y descripción de la intervención en orden  descendente de costo-efectividad (A)
Aumento estimado del rendimiento académico % (B)
Probabilidad de una implementación adecuada % (C)
Impacto probable (A*B)
Aumento estimado del costo & (D)
Costo efectividad [C/D]
Costo unitario de aumentar el logro académico en 1 punto US$

La propuesta partía de un modelo para buscar mayores niveles de eficiencia a la hora de invertir en educación creando un índice de costo-efectividad para cada intervención, que se calculó considerando lo siguiente: a = porcentaje de la población escolar beneficiada por la intervención; b = suponiendo que la intervención se implementa plenamente, porcentaje de aumento esperado en los puntajes de la prueba de la población beneficiaria; c = probabilidad porcentual de una plena implementación de la intervención, y d = porcentaje de aumento del costo anual de operación para la población beneficiaria. Para la población beneficiaria I (Indice) = b*c/d; para el conjunto de la población tanto los costos como los efectos se ven proporcionalmente reducidos, si bien el valor del índice permanece inalterado (por ejemplo, I = b*c*a/d*a).

Según el ejercicio planteado antes de implementar un programa educativo ss conveniente, a veces, comparar el costo que tiene cada intervención para elevar en uno por ciento el rendimiento académico. Este “costo por unidad de impacto (K)” es igual al costo total anual dividido por el impacto probable. En este caso: K = d*200/(50*b*c).

El índice de costo-efectividad es una herramienta diseñada para “definir conjeturas en forma explícita”, y los coeficientes analizados tienen las limitaciones (y fortalezas) de los expertos que entregaron sus estimaciones. Su principal valor está dado por la ayuda que ofrece para formular preguntas importantes sobre los componentes que incluyen los proyectos examinados.

La necesidad de definir estrategias en el ámbito educacional no es privativa de quienes se desempeñan en este campo, sino que también interesa a los líderes políticos y de la industria. Quizás el sencillo instrumento elaborado pueda ayudar a quienes deben tomar decisiones a distinguir entre las estrategias que “es posible esperar que funcionen” y las que “no es fácil que lo hagan”, y contribuir a fortalecer el consenso social sobre la necesidad de invertir eficientemente en el sector de la educación. El ejercicio realizado también es un excelente método de enseñanza para elaboradores de políticas y planificadores, ya que los obliga a hacer explícito su pensamiento.

Tres recomendaciones

De esta reflexión obtenemos tres recomendaciones muy simples y prácticas:

1.- La calidad de un sistema educativo depende de múltiples factores asociados; será importante conocer las variables que intervienen para tratar intervenir con certeza y lograr la calidad necesaria que espera el capital humano o tejido social en función de la demana de los sectores productivos para mejorar la productividad, competitividad y el crecimiento económico.

2.- Diseñar políticas con un análisis adecuado de tasa de retorno posibilita o da certeza hacia dónde apunta y apuesta el sistema eductivo; en la actualidad se paga un alto costo de las políticas de cobertura de los 90, éstas políticas dividieron los sistemas educativos en dos y tres turnos, facilitaron la promoción automática en los primeros grados y lograron que más niños fueran a la escuela al margen de la calidad; hoy se reflexiona como revertir estas medidas y buscar un sistema educativo unitario de tiempo pleno; ¿cuál fue el costo en una década de la primaria universal?.

3.- A la hora de decidir o seleccionar programas educativos será importante trazar los juicios de valor para optar por aquellos que logran el mejor resultado o impacto al menor costo; no podemos seguir pensando en base a “olfato” o en base a políticas cortoplacistas de gobierno; las decisiones deben anteponer lo técnico a lo político.

Fuentes

Schiefelbein y Wolf  (2008); La opinión de expertos como instrumento para evaluar la inversión en educación primaria. Revista CEPAL Nº 72.

Psacharopoulos, George; (1994) Returns to Investment in Education: A Global Update; World Development, Vol. 22, No 9, pp.

Destinobles, Hernández  El modelo de crecimiento de Solow; Aportes; Revista de la BUAP, México Año VI Nº 17

Solow,R, (1976) La teoría del Crecimiento, FCE





[1] ∫ integration; ↔ doble implicación

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